Como puedo describir esto tan inevitable que sucede entre tú y yo… Cómo explico lo inevitable que es que vuelvas a mí. Cómo explico que tu hogar sólo puedo ser yo, porque sólo tú eres el mío. Cómo te lo…
Te conocí una vez, mas nunca te pude amar. No porque yo no quisiera, sino porque tú no sabías. Hubiera sido fácil para mí, hablabas de poetas, filosofía y arte con una facilidad y destreza inauditas. No se me ocurren…
Cóseme. Pedías a gritos ahogados, sin pedirlo. Cóseme. Exigías con un leve tecleo en un universo grande y a la vez pequeño. Cóseme.Leí y se me desarmó por completo el alma. No sabía, mi pequeña gran debilidad, que eso es lo que realmente necesitas para…
Me quema cada noche que no puedo acariciar tu piel. Me quema no poder sentir tu aliento, tu tacto de seda. Me enferma tener que jugar con mi mente y engañar a mis sentidos acariciando algo que se asemeje a…
Me pides que no te olvide que no te deje de querer… Como si olvidarte hubiera sido una opción posible en algún momento de mi vida.
El tacto frío de las yemas de tus dedos recorriendo cada milímetro de mi ser a una forma tan pausada que se me salía el alma del cuerpo. Esa manera de enredarme de quemarme con tus manos de curarme con…
No sé cómo explicar(te)
que yo no quiero conocer a nadie más
que no quiero otras pieles, otros labios, ni otros cuerpos…
Esta cita de Bucay, para nada gratuita, puede parecer mentira o una de esas frases que escuchamos con condescendencia porque nos creemos que eso no nos puede ayudar o que, simplemente, es como diría mi madre «consuelo de muchos». Mas…
Me he llevado unos meses sintiéndome perdida y es por eso que he dejado desatendido el proyecto que más me gusta: escribir para vosotras. Sin embargo, como bien dicen, cuando una no está bien consigo misma, no lo está con nada. Así que me he visto incapaz de llevar adelante todo.
Aún recuerdo cuando nos abrazábamos tan fuerte que dolía, que nos traspasábamos la piel. Ese mero recuerdo me aprieta las costillas y me eriza la piel. Lo recuerdo, como recuerdo cada caricia, cada noche en aquella cama minúscula donde nos…