Me encantaría decirte que me alegra que te haga feliz…
Pero, dime: ¿cómo hago para pronunciar tamaña mentira?
cómo, si mi voz ya no suena desde que grité tu nombre por última vez
aquella noche en vela en medio de llantos.
Te lloré 500 noches y más de 600 días,
pues mi dolor duró más que el del mismísimo Sabina.
Te lloré como si hubieras muerto
cuando el único corazón que había dejado de funcionar era el mío
y no me había dado cuenta.
Me partiste a pedazos,
me dejaste hecha jirones
y no te importó lo más mínimo,
al igual que nosotros tampoco te importó jamás
y no me di cuenta.
Voy a dejar de ser correcta y te voy a decir la verdad…
No me alegra que te vaya bien
ni que seas feliz mientras yo me consumo de tristeza
viéndote desde la distancia.
No.
No me alegro por tu vida,
y maldigo que la mía tenga que seguir adelante sin eso que tanto quería.
Reconozco que puede que yo también fuese egoísta
y que no te quisiera tanto a ti sino
a quien era yo cuando tú estabas conmigo,
quería la felicidad que me hacía sentir tenerte
y saberme tuya.
Qué dichosa debe ser ella
que ahora se sentirá tan tuya como yo lo hacía
y que le brillarán los ojos cuando te mira o habla de ti.
Mis ojos ya no quieren mirar nada y regalaron su brillo a la Luna,
pues la ilusión jamás va a volver a ellos.
Mi piel se resiente a cualquier roce.
Mi corazón sigue hecho trizas.
Mi boca ya no sabe hablar…
y solo te digo que espero que algún día sientas
que te han destrozado el corazón,
que te han desgarrado el alma
que te han desgarrado el alma
y que jamás te recuperes,
como yo.
Su amor la abandonó y ella no perdona y se le despiertan unos sentimientos tan amargos que quisiera vengarse esperando que él conozca el mismo dolor que él le dejó… una poesia sin filtros, intensa y realista !!!
A veces el amor provoca este tipo de sentimientos viscerales e irrefrenables