Calla, mi amor, cállate.
No vengas a decirme lo que ya sé.
No vengas a contarme lo evidente,
no vengas a regalarme las sobras de tu amor.
No me traigas lo que no quiere otra,
no me vengas a mentirme a los ojos,
cállate.
Por favor, no digas nada…
Pero piensa si de verdad te merece la pena,
si te parece bien acabar conmigo, con nosotros.
Cállate, amor, calla.
Pues hace días que notaba que ya tu cuerpo no busca mi calor
y que tus ojos no querían hablarle a los míos.
Hace días que rehuías de mis caricias y que buscabas excusas para quedarte dormido en el sofá.
Haz silencio, amor,
porque eso va a ser lo que me quedé tras tu marcha:
silencio.
Sé que nunca fuiste tan valiente como para reconocerlo,
así que hazte un favor y calla,
pues nada que digas va a solucionar esto ya.
No hay solución si ya no es mi piel la que buscas,
si no es a mí a quien quieres comer la boca al llegar a casa…
ni siquiera quieres verme al llegar a casa.
Así que cállate, amor, cállate
y lárgate de mi vera.
